Roberto Casales García, Jorge Medina Delgadillo y Rubén Sánchez Muñoz (editores) ISBN: 978-607-535-263-3 La antropología y la ética son disciplinas cuyos aspectos medulares están mutuamente implicados, ya sea porque la pregunta antropológica sólo se puede resolver bajo el crisol de la ética, es decir, bajo el supuesto de que el ser humano, en cuanto sujeto de la acción, construye parte de su identidad personal mediante su praxis; o sea porque la ética depende de ciertos fundamentos antropológicos para su aplicación. Que la pregunta antropológica se resuelve en la ética, por un lado, es algo que se puede apreciar con mayor claridad en el tránsito del “que´” al “quién”: para saber quién es uno mismo no basta con saber que´ significa ser humano de manera general, sino que también es necesario pensarse como agente práctico que configura parte de su identidad y su especificidad mediante su acción. Si bien es cierto que el “quién soy” depende en buena medida del “que´ soy”, también es cierto que la identidad personal supone el “quién puedo y debo ser”.
| Para responder a la pregunta antropológica, en este sentido, no basta con conocer y estudiar la naturaleza (y/o condición) humana, sino que también es necesario reconocernos como agentes morales cuyas acciones forman parte de nuestra identidad, i.e., en palabras de Píndaro, «¡hazte el que eres!» |